EL LIBRO DE LAS PIEDRAS


PÁJAROS EN LA CABEZA

María era una joven que según su abuela, “tenía la cabeza llena de pajaritos”.

Lo cierto es que ella no entendía, en un principio, a que se  refería… mientras que iba por la vida teniendo ideas locas como, “hablar con las piedras”, “perderse horas mirando cuánto tardaba una margarita en abrir sus pétalos” o “ayudando a recuperar su carga a una hormiga que había perdido la hoja que llevaba sobre su cabeza”.

La mamá de María, estaba preocupada.
Vivía diciéndole que porqué no hacía lo que hacen las chicas de su edad: salir con amigas, ir a bailar, escuchar música a todo volumen!!... cualquier cosa era preferible antes de verla en cuatro patas ayudando a una hormiga; o con una piedra en la mano, sosteniendo una larga conversación…

Una tarde al volver a su casa, María escuchó que su mamá y la abuela hablaban en voz alta, por no decir, “a GRITO pelado”.

-          pero mamá, vos misma decís que tiene “pajaritos en la cabeza”!!! Vivís diciéndolo!

-          Es que es verdad.  El problema es que vos no te das cuenta, lo hermosos que son.

-          Aahhhhh bueno… esto es peor de lo que me imaginaba.

Y nada más se escuchó.

A la semana siguiente, cuando la mamá de María volvía de trabajar, entró a la casa y escuchó a toda la filarmónica de Londres en pleno y ¡¡como para despertar a un muerto!!
El estridente sonido salía de la habitación de María.  Golpeó antes de entrar, pero como era lógico, nadie la escuchó; la Obertura 1812 sonaba a todo volumen haciendo vibrar la cristalería del comedor y cada cuadro del pasillo se movía con vida propia…, así que decidió entrar.
La sorpresa fue más allá de lo esperado.

María y su abuela estaban sentadas al borde de la cama, frente a ellas un diminuto teatrito lleno de hormigas sentadas en pequeñísimas sillitas y en el escenario la música salía del grabadorcito que le habían regalado a María para sus quince años.  Ahí en medio del minúsculo espacio, una piedra con su batuta, dirigía la orquesta que sonaba desde el grabador.

María se llevó el dedo índice a su boca cerrada, en gesto de silencio y le hizo señas a su mamá como para que entrara sin hacer ruido.

Ella entró a la habitación, mirando la escena y creyendo que iba a desmayarse, pero por algún motivo no lo hizo y se sentó en la cama junto a ellas para escuchar esa maravilla.  Al finalizar, “el grabadorcito” tocó “el Cascanueces” y una hormiga bien negra de cola gorda, se levantó  molestando un poco a las otras, en medio de la interpretación, subió al escenario y dejó junto a la piedra un pétalo de rosa que llevaba para su colonia.

La abuela y María creyeron que era buen momento “para colaborar” y fueron a buscar una tapita de  gaseosa con agua, que funcionaría de estanque para que se refrescaran al terminar el concierto y dos terrones de azúcar para que la salida fuera completa… “espectáculo y cena”.
Salieron de la habitación sin hacer ruido y dejando a “la mujer incrédula” muda y estática sentada en la punta de la cama de María.

Al regresar con lo necesario, la encontraron arrodillada junto al pequeño escenario y con una sonrisa amplia y serena, les pidió que dejaran la tapita y el azúcar afuera porque estaban por salir, el concierto recién había terminado y debían tener cuidado de no pisarlas.
María, la ayudó a levantarse y le dijo que no se preocupara, que todo estaba bien y la mamá le contó que mientras ellas habían salido, “la parejita”, de la tercera fila había llorado y la del pétalo se tropezó al volver.

Mientras contaba esto, un pájaro salió de la cabeza de María y comenzó a anidar para siempre, en la de su mamá…

María Fernanda Gutiérrez




CREER 

Siempre creí que sólo algunos seres tenían el “don” de escuchar a Dios, a los Maestros, a los Ángeles… y que por supuesto, eso los hacía seres diferentes, superiores.
No fue hace mucho que entendí que ese Dios, esos Maestros, están en todos nosotros, que nadie es especial y que ¡¡TODOS LO SOMOS!!

Esa pequeña o gran luz que nos habita no es otra cosa que Luz Divina por lo cual nuestro canal de comunicación siempre está abierto, para decirlo en términos actuales: “siempre tenemos señal”.  No es cuestión de antenas, si no más bien de “decisiones y confianza”, y de querer escuchar lo que tienen para decirnos.  Cuando realmente reposemos en los brazos amorosos de la Divinidad que nos creó, admitiendo ser partes de Ella… dignos hijos, sabias partes de este perfecto y mágico Universo… en ese momento, nuestra luz brillará con más intensidad, nos volveremos más mansos y dóciles porque el amor pasará a colmar todo lo que somos, imaginamos y seremos. 
En ese momento, el diálogo se hará fluido y necesario, y las horas de conversación con Maestros y Guías podrán volverse un acto cotidiano y bello como, amasar un pan en nuestra cocina, enseñar a leer a un niño o “concebirlo”.

Día a día nos recuerdan que están atentos y vigilantes, que esperan que nos  amemos como Ellos nos aman… y tal vez por eso, me he dado permiso a mí misma de hacer algunas preguntas, que por supuesto me fueron respondidas.
No voy a decirles que esto ocurrió de la noche a la mañana, este fue un proceso de “comunión y confianza”; mágicos instantes que tuve que aprender a leer… coincidencias, que aprendí, no lo eran… y certezas de que mi alma era tan bella y suave como la de esta piedra que sostengo en mi mano, la del árbol que me repara de la lluvia o la de Dios.

Cuando entendí todo esto, puse la pava, preparé el mate con una cucharadita chica de azúcar (sólo para el primero) y pregunté...



Y POR FIN, LAS PIEDRAS

Lo más sorprendente, es lo que les voy a contar a continuación…  Algo que nunca imaginé ocurriría…
¿Vieron las piedras?

¿Cómo, qué piedras?   Todas, cualquiera, las de la plaza, las que traemos cuando vamos de vacaciones…, bueno, esas… también me cuentan.
Siempre estoy buscando cosas… piedras, hojitas, ramas con formas lindas.  Caracoles no;  me parece que ellos siempre tienen que estar en el mar…

Me considero una buscadora de ilusiones, de sonrisas, de amores, de piedras…
Y ahí estaba yo, buscando piedras en medio del río Uruguay con mi amada amiga Gaby.  Sí, tal vez se pregunten cómo hacíamos para buscar piedras en semejante río… pues las aguas se habían retirado lo suficiente, como para llegar casi hasta su lecho  y tener la costa uruguaya a tiro de unos pocos pasos… y así caminábamos literalmente por el medio del río, agachadas, mirando el suelo, fango seco  y enormes  piedras lisas que nos invitaba a caminar y a seguir juntando…
Después de unas horas de una tarde fría, habíamos juntado cuatro bolsas de piedras basálticas, hermosas, bellas, suaves, cálidas… y ahí empecé algo que todavía continúo:  Mi diálogo con ellas.  Pedí el permiso correspondiente, averigüé quién me quería acompañar y algunas contestaron que sí.

Me gustaban tanto, que quería pintarlas, pero sentía que eso podía lastimarlas, matarlas, ahogarlas;  vibraba con sus latidos y supe instantáneamente que sólo debía conservarlas y volverlas al río, cuando ellas me lo dijeran.
Durante varios días las observé, las tuve en mis manos, las acaricié, las sostuve sobre mi pecho, las olí, dormí con ellas… y las escuché. 
Esto es lo que ellas me dijeron.  Estos mensajes son para que cada uno de nosotros escuche esas palabras que nos  están faltando, como orientación, como varita mágica, como luz en el sendero que sabemos vamos a caminar.

Ellas fueron claras y certeras.  Son palabras para compartir.  Y son sobre todo, aprender humildemente que nuestra alma humana vibra armoniosamente con  una piedra, un árbol y de todo el planeta.  Cuando comprendamos e incorporemos eso hasta el nivel celular, recién  estaremos camino al verdadero  AMOR UNIVERSAL.

Sólo pregunta y pide escuchar, lo que hoy, ahora, estás necesitando saber… y ellas te lo dirán.  Confía en que otros seres pueden brindarte la sabiduría que aún no has descubierto en ti mismo, y que va siendo hora, comprendamos como algo compartido por todos los reinos, incluidos nosotros, los humanos…
  




LOS MENSAJES

“los mensajes son para todos
y a muchos ayudarán en su camino de sanación;
pero el verdadero mensaje es que deben comenzar a escuchar con el corazón… a mirar con el corazón.

El Universo lo está necesitando.”



Los mensajes de las piedras pueden ser consultados independientemente, sólo como un pedido de ayuda o en respuesta a una pregunta, o también, como la búsqueda de solución a un conflicto o miedo que no puede terminar de resolverse. 
Esto debe verse como un proceso, ya que habitualmente es lo que debemos transitar hasta modificar la conducta o el concepto de lo asumido como una realidad que no es tal.

Los seres humanos nacemos siendo sanos y sabios, luego, los adultos que nos acompañan van depositando en ese niño fresco y dócil que somos, todo tipo de mandatos y creencias que terminarán haciendo de él otro adulto igual al promedio.  Esto por supuesto, no siempre es así, y afortunadamente, muchos niños pueden vivir sus procesos de evolución hacia un ser adulto sano y libre, siempre que hayan sido alimentados con AMOR.

Por eso, lo que se construyó durante un lapso variable de miedos,  llevará un proceso similar para “destejer” el entramado de situaciones que no nos pertenecen.

Este proceso, para simplificarlo y caminar suavemente cada una de sus partes, lo dividiremos en cuatro etapas y cada una de ellas asumirá el tiempo necesario de elaboración e “internalización”. Estas “instancias” será bueno que las comprendamos en forma separada para así ser conscientes de cómo se ha asumido cada una de ellas para llegar a la verdadera sanación, que en definitiva será la evolución, continuar el camino, reencontrarnos con ese niño que aún vive algo “adormilado” muy dentro de nosotros.

Algo que diferencia nuestro mundo adulto del que habitábamos cuando éramos niños, es LA DUDA; en algún momento dejamos de creer... siendo niños, podíamos creerlo todo, ahora no, eso NOS EXPONE, nos hace vulnerables y entonces nos vemos obligados a construir murallas, corazas, duras pieles que nos cubren, capa tras capa.
Esto aparenta ser una buena medida: NADA VA A LASTIMARME.
Nada más alejado... sólo nos separamos de la Fuente, de Dios, de la Luz... de nuestro inocente y maravilloso niño, que siempre estuvo dispuesto a amar y a evolucionar

La primera etapa de este proceso, será entonces el PERDÓN, comprender que el obstáculo está allí por amor y no para frenarnos… está allí para darnos un fuerte envión hacia “el adelante”, que nos espera con los brazos muy abiertos y empalagados de AMOR.  Será sentir sinceramente que  deseamos modificar una visión adquirida, que no nos pertenece y que nos ha recluido en el miedo (contracara del amor).

Como muchas otras veces, imaginando que pudiera existir la persona que no comprendiera los códigos “preestablecidos” sobre el significado de las palabras, quise aclarar más aún a qué nos referimos cuando hablamos de PERDÓN y encontré que los “inicios” de esta palabra involucran el “dar, pasar, adelantar… una donación, obsequio o regalo”;  y entonces todo cerró más amorosamente aún… ya que iniciar el camino hacia uno mismo, hacia la erradicación del miedo, es un obsequio que bien nos tenemos merecido.

Cuando el perdón haya sido asumido y podamos continuar avanzando… deberemos ACEPTAR.

Aceptar será confiar, entregarse, cerrar los ojos y saber que merecemos lo que ocurrirá porque eso será lo mejor que puede ocurrirnos.  Confiar que Dios, el Universo, los Maestros, los Ángeles, están allí, todo el infinito tiempo “cuidando nuestras espaldas”.  Algo bueno va a ocurrirnos, algo que no tendrá oposición y que recibiremos voluntariamente como acto de fe en la observancia de nuestro proceso para volver a vibrar con la sana inocencia del niño que nos habita.

Esta etapa del proceso de sanación, suele ser junto con el perdón, la más difícil, ya que siempre habrá “motivos”, “causas” muy válidas para la “no aceptación”, para “no perdonar”… en seguida surgirán los reparos: “cómo aceptar una enfermedad?”, “cómo perdonar una violación?”.  Justo aquí está el nudo donde debemos modificar nuestro proceso de “pensamiento”… sin duda será algo nuevo, diferente, GRANDIOSO.  Modificar será la llave que nos conduzca a la liberación…

Poder sentir que Dios nos habita, reconocer nuestro ser Divino, nos hará comprender que la libertad es algo más que un regalo generoso, es un “derecho”  que traíamos al nacer, y que al ir avanzando  en esta forma de vida, y retrocediendo en nosotros mismos, convertimos en “podio”… último escalón de una escalera que nadie puso delante nuestro.  Vivenciar el ser libres es tan majestuoso, que hasta llegamos a pensar que no es “humano”.

Ahí radica otra vez la equivocación.

Ser libres, ser humanos, es Ser, es Dios… y es “majestuoso”.

Pero todo ocurrirá… al sentir ese tibio calor que nos protege suavemente por detrás y que nos permite CONFIAR… será el momento de la LIBERACIÓN.

El LIBERAR es ARMONÍA; el  estado perfecto de las cosas, que hace que no haya trabas, oscuridades, ni miedos.  La armonía es una música bella que acompaña y condimenta el funcionamiento de toda la MARAVILLA. Cuando dejamos que ocurra… que la armonía colme nuestros días, todo se facilita.  “Ellos” trabajan menos, es un estado de Gracia, es toda Su confianza puesta  en cada uno de nosotros.

Es relajarse, sintiendo el latido de nuestros  corazones, es como saber que el Gran Todo, está funcionando aceitado y nada ocurrirá que distraiga ese funcionar. 

Y otra vez imagino, que alguien que no comprende nuestros códigos con las palabras, por lo que me arrimo al diccionario para encontrar otra forma de expresarlo: es la facultad del ser humano de desarrollar una acción según su propia voluntad; cancelación o caducidad de las cargas = ARMONÍA.

Finalmente, la SANACIÓN.

Hay  almas que  organizan su supuesta armonía en “seguridad y garantías”.  Su existencia ES, en función de estar seguros y garantidos.  No lo han comprendido aún. Cuando suelten, cuando se dejen llevar en las cálidas corrientes suaves y perfectas del amor, sabrán que no existen garantías, que no son necesarias… que las cosas ocurrirán cuando deban ocurrir y que siempre estarán amparados y cobijados en los largos brazos del amor y la templanza.

Si aún existen  dudas de cómo detener la ira y el miedo… sólo AMA.  Ahí también está el  aprendizaje.  Debemos amar incluso  y “sobre todo” a esos seres que no comprenden qué es el amor.

Eso será SANAR = restablecer, recobrarse, aliviar, mejorar, curar, cerrar, recuperarse, restituirse. 

Elijo en el final: RESTITUIR, e imagino al niño restituido y recibido con amor filial en nuestro propio corazón, donde siempre estuvo. En este AHORA, lo reencontramos vivo y feliz para  orientarnos y guiarnos.

Hoy se habla de los NIÑOS CRISTAL como  aquellos pequeños que vienen a mostrar el camino…; nuestro ser adulto, tiene un niño cristal pugnando por salir, lo que ocurre es que en este espacio-tiempo llegan seres que con total naturalidad alinean su conexión con lo Divino. Abren puertas. No dudan. Son absolutamente sensibles, aceptando esa sensibilidad… no cargan con ella, la DISFRUTAN.

Debemos intentar transitar ese sendero, observarlos y observarnos…

Ellos, suelen estar rodeados de otros niños que les consultan, o sólo los observan. Lo que ocurre en el mundo de los adultos respecto al “observarnos” y sentir que alguien ha evolucionado más que otro, ocurre también con los niños, pero sin “medirse”, sin “prejuicios”, ellos se observan naturalmente para comprender y “probar” cómo es sentir y accionar desde otro lugar. Sin duda, los niños guardan intacta la conexión con el Amor Absoluto.
Estos niños además, traen alegría y sanación, por el sólo hecho de estar cerca y compartir un juego con ellos. Transitan un estado de Gracia permanente y lo viven con armonía y gozo.

Eso, llevamos dentro.

Caminemos con las herramientas que cada uno posea hacia esa “cristalidad”.

Así volveremos a encontrarnos con la sanidad de nuestra alma, que siempre está en estado de Gracia.

Traten de comprender ustedes mismos cómo llevar estos procesos, tomando la opción de CREER que la sanación ya vive en ustedes, y sólo necesitan reflotarla.
Los mensajes que nos enseñan sobre el PERDÓN son: ALMA, AMAL, ANFROGA, BRIANA, ESPERANZA, KAIAL, LIMONA, LUMINA, NICOLETA, ORM, REFUGIO y TEIS.

Los mensajes que nos enseñan sobre la ACEPTACION son: AILA, ANAS, ENTERRA, EVA, ILEARA, MALAQUITA, MASTAR, NUL y ULMA.

Los mensajes que nos enseñan sobre la LIBERACIÓN son: AMAGUS, EBEL, ILMUS, MAYNAN, PERTE, PUNNA, SELENE, SIN NOMBRE, SOLAREA, TILUS, VENDY y XEIXUN.

Los mensajes que nos enseñan sobre la SANACIÓN son: ESTRAVIA,  FUNSU, IMUS, LUMA, MARAMAR, MINO, PIRINAS, SEM, TIAMUS, TRIANA, VEITANA y VIOLA.